Blogia
Cazarabet

Cosas que hacer en un largo y cálido verano...

La primera velada en la calleYa las temperaturas invitan a la calle, al corro en una acera tranquila o a la velada alrededor de una mesa con una toma que sacia la sed y, a la vez, el calor; pero lo mejor de las veladas y los corros son las conversaciones, la comunicación, las risas y, porqué no admitirlo, no pocas críticas ácidas, desvertebradas, ásperas y hasta crueles.Con la prolongación de las horas de sol la gente suele apurarlas... las jornadas se hacen más largas y se cena, generalmente, más tarde... La televisión, de pronto, empieza a ser más aburrida de lo normal... el calor es fatigoso y se necesita la distracción de una leve brisa y de una temperatura más fresca. Sin lugar a dudas ya se está mejor en la calle que en la casa...el paso de la frontera que es la puerta y el portal, parece el paso por un termostato. Al salir a la calle se da un ligero paseo, ligero, pero intenso con la degustación del fresco. Los expertos en este arte saben que no es conveniente prolongar demasiado el camino, como no es conveniente realizarlo de forma rápida...uno se cansa y empieza a sudar. Mucho mejor es sentarse entorno a una mesa con un cucurucho que va desapareciendo, siempre, demasiado rápido bajo nuestra mirada voraz  y nuestro gusto desafiante. Se habla de política, de las insuficiencias del pueblo en cuestión, del fútbol que viene después del verano. Aquí no termina la velada en la calle, los vecinos están sentados en un corro., pronto son más los que se acogen a esta costumbre y el corro termina siendo una interesante ágora de conversaciones, recuerdos, costumbres añoradas, lamentos de un pueblo que ya no es el que conocieron....Celestino, muy digno y con una dosis importante de orgullo, explica cómo era su jornada  campesina, su mujer asiente y cuando pronuncia la última sílaba toma la palabra y  cuenta sus labores en la casa, en el pequeño huerto de detrás, cuidando los animales.....haciendo la colada en los lavaderos que eran el lugar de reunión de las mujeres que se contaban las novedades más chismosas. Las horas pasan, entre el frescor de la noche, de manera muy rápida, pronto se hacen las mil y una noches y aunque no lo parezca hay que irse la cama.... en País de Cazarabet todavía se puede dormir, aún con el estío más ardiente, pues las noches son apacibles con estos  aires que dulcifican el calor... 

0 comentarios