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Lugares a donde ir....Matarranya

DÍA DE VERANO POR EL MATARRAÑA.

 

La privilegiada situación geográfica de Mas de las Matas nos permite disfrutar de excursiones por otros parajes más o menos cercanos que se pueden llevar a cabo en un día, teniendo en cuenta  que esta es la época en que las horas del día se estiran más.

 

Elegimos el domingo de San Juan para desplazarnos hacia la comarca del Matarraña y visitar algunos de sus rincones. Esta rincón geográfico de Teruel imprime  un carácter especial  … es inhóspita, curiosa, solitaria, enigmática, salvaje y rebosa una especie de

orgullo por la tierra que les cobija.

 

Nos encaminamos hacia La Ginebrosa por Aguaviva; después subimos hacia La Cañada de Verich y llegando a La Cebollera nos detenemos para contemplar el salvaje entorno, tierra de maquis. Es un día claro y podemos ver hasta mucho más allá de los montes conocidos y reconocidos. Se respira una original tranquilidad.

Recuerdo, ahora relatando esta especie de memoria de viaje, que vimos una vetusta explotación minera, ahora, presumiblemente, su  uso es secundario.

 

La Cerollera es un pueblo pequeño, pero algo me dice que hay que volver y detenerse.

Nuestra parada próxima es Fórnoles donde nos esperan agradables sorpresas, algunas de ellas dotadas de una gran originalidad…otras, misteriosas y recorriendo el tiempo hacia atrás, muy atrás….cuando las cárceles eran oscuras, húmedas, sucias, pobladas de argollas, cadenas y grilletes…con la aglomeración, el hacinamiento, los olores acumulados, los lamentos, las pesadillas , el miedo…y la muerte. Esto se intuye sólo poner un pie dentro de la cárcel, situada justo al lado del Ayuntamiento porticado.

 

Buscamos la casa de Braulio Foz y de Andrés Piquer dos hijos eminentes de esta localidad del Matarraña. Foz, importante escritor aragonés; Piquer eminente médico que llegó a serlo de la corte.

 

La casa de Andrés Piquer se encuentra próxima a la plaza de la Iglesia, no hay visita guiada en ella, pero podemos adivinar que tiene el encanto del tiempo en los días de infancia de Andrés Piquer.

 

Muchos rincones de Fórnoles, con no pocos detalles en piedra, hacen entretener al visitante con cámara en mano, pero nuestros pasos nos llevan a visitar, con una excelente atención, la casa de Braulio Foz que es un ejemplo de cómo vivía Fórnoles y de qué: el sótano con sus tinajas de aceite, la primera planta donde se recuerda que Fórnoles está surcado por el meridiano de Greenwich; después se muestra en otras plantas cómo era la casa Foz del siglo XVIII: la cocina, la alcoba, su rincón para escribir, estudiar, investigar y una planta superior dedicada a biblioteca del pueblo, con cómodas sillas, butacones y una excelente luz natural…lo más cercano a nuestro siglo son dos ordenadores con conexión a la red y la oportunidad de visualizar un muy interesante audiovisual.

Braulio Foz fue un destacado escritor, muy retratista, de su época… destacando, por encima de todo, su obra: “Vida de Pedro Saputo”….aunque Foz fue mucho más que un contador de historias mediante la escritura; gustó de la  política, la docencia…como  humanista e inconformista.

 

Nos disponemos, después, a visitar Peñarroya de Tastavins, deteniéndonos para visitar la Ermita de la Virgen de la Fuente… un conjunto extraudinario con la Ermita (el recinto religioso) de una gran majestuosidad tanto por dentro como por fuera, En una de las dependencias se encuentra el Centro de Interpretación del Cerdo que  se puede visitar.

Pero, sin lugar a dudas, aquello que más vale la pena es el entorno de este Santuario: el río Tastavins, sus puentes, un arroyo frágil, el humilde manantial, la tranquilidad de relajarse bajo una sombra y sobre la hierba, contemplar como lo gótico ha hecho acto de presencia jugando con el templo religioso.

 

Llegamos a Peñarroya de Tastavins, uno de los rincones más conocidos del Matarraña de Teruel... a esta población acuden visitas de los tres lugares que, antaño, formaban parte del Reino de Aragón.

La plaza de la Iglesia es grande y su aspecto como monumental, se respira en nuestra admiración  que son muchos los años que cada una de sus piedras ha visto pasar. Nos encaramamos por las calles: viendo las casas, sus balcones de madera, sus contrafuertes, las fachadas, la forja. Nos topamos con los lavaderos, el agua todavía circula; vemos después una especie de portal y nos encaminamos al Museo Etnológico, aunque antes vemos la Casa de la Villa y la cárcel, con tres oscuras dependencias que rezuman humedad, miedo y desesperación. El museo etnológico es un acierto en todos los sentidos nos muestra cómo era la vida en el campo, cuáles eran los utensilios utilizados en tareas, cometidos; cómo era la vida en una casa tradicional y cómo era una vivienda tradicional: la bodega, las alcobas, el hogar, la cocina; los oficios de carpintero, herrero, carretero; cómo se elaboraban alimentos como el pan, la miel, el vino, el cerdo, la caza; cómo era la siega y la trilla o cómo eran las cuadras y las masías.

 

A muy pocos metros se encuentra otro centro de interpretación; se trata del Punto Gótico, un espacio en donde se nos explica dónde se encuentran las huellas del gótico en el Matarraña y cómo influyó la Orden de Calatrava en su devenir histórico.

Peñarroya por lo que es más conocida es por el museo Dinópolis Inhospitak. El primer museo dedicado al mundo de la paleontología y de los dinosaurios, después de Dinópolis Teruel. En esta subsede los que la visiten podrán  contemplar los originales fósiles del Tastavinsaurus que fue encontrado en Peñarroya de Tastavins y que se ha convertido en el saurópodo más completo encontrado, hasta el momento, en el Estado Español.

Allí podremos impresionarnos por una reproducción , a escala natural, de este magnífico ejemplar que, según nos explica la guía, es hembra.

En Inhospitak nos enseñan cómo se lleva a cabo una excavación e invitan a los chiquillos a ser paleontólogos por un rato…con premios en forma de dientes de tiburón.

 

Volvemos a Mas de las Matas por Monroyo, aunque realizamos una última parada en la Ermita de la Consolación de Monroyo, parte de este recinto, pensamos que su hospedería, fueron utilizados, en la guerra, como hospital….hay aquí un olmo que nos mira con sus brazos largos y robustos…desnudos, pero su aspecto es motivo de una especie de ensoñación. La naturaleza nunca dejará de sorprendernos y nosotros, a través de “El Masino”, de animarles a visitarlos

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