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Cazarabet

CINCO COSAS QUE VEO

1.El pasadizo paralelo al río era un túnel de árboles altos con grandes y verdes hojas, aferradas a las ramas. Mientras tanto, éstas, se aferraban al tronco del recio árbol. Algunas ramas se rozaban con las del árbol vecino y éste hacia lo propio....si los humanos hablamos, ¿por qué no lo pueden hacer los árboles?...a lo mejor incluso van más allá de la comunicación verbal...quizás se rozan y se acarician...quizás se amen.      

 

2.El estrecho camino estaba sepultado por una alfombra voluminosa de hojas...estas eran fruto de los aires del otoño más tardío...hojas ocres que habían caído por los primeros frescores y los vientos tildados de cierzos. Al cabo de unos días de estar, solas, quizás muertas, en el suelo....éstas crujían a mis pasos...se secaban para ser pasto de otros pequeños seres vivos...Esto es el ciclo de la vida en donde nada muere.    

 

3.El cielo de esta tierra, como todos los cielos, tiene algo de especial. Quizás no tenga tanta luz como los cielos de la costa bañada por el Mediterráneo, pero sus tonos de luminosidad mate son todo un acierto, relajante, para los sentidos. Mientras tanto las nubes parecen jugar con él al escondite, camuflando sus dibujos y figuras entre los vientos y las brisas. Ya sólo falta el sol, que abre y cierra el día son sutiles rayos que descomponen los cielos y los devuelve irrepetibles. El valle y la depresión del río se abren y  cierran mirando a un cielo diferente y galopante con los sentidos.  

 

4.Agua que baja fibrosa y con una tonalidad como más alegre...es el verano. Meandros, pequeños, pero requiebros de un cauce estable y laminoso con sus riberas. El sonido, su voz quieta y armoniosa nos pone en sintonía...franca fragancia de un día casi mejor que nunca acaba alargándose entre gotas que son más queridas.....Una hoja baja por entre las aguas cristalinas que se entrecruzan con rocas...premonición  de la quietud y del ensombrecimiento de las aguas. La calma, bajo el frío intenso, llega con el invierno...las orillas en verano putrefactas, ahora y hoy, se quiebran con pequeños puzzles de hielos que no llegan a cuajar su ofensiva. Una quietud que es tristeza de invierno.    

 

5.Vemos una luz en lo alto del altozano es el sol que le da color a un cielo quieto y que tiene frío. Mientras tanto a mis pies les gustaría ir de camino por una de esas sendas sin nombre...carente de ritmo...traspasada y queda. Me gustaría ir de camino por un sendero sin rumbo donde los pies me llevan casi de  la mano como salí de la nada.  

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