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GEOPARCKS II EN 2007

II.

La segunda charla tuvo lugar el viernes ocho de junio cuando se acercó a todos los presentes a los espacios naturales que rodearon, influyendo, en la muy mencionada Batalla de Belchite. Al día siguiente se organizó una vista por los lugares que propiciaron una de los más míticos enfrentamientos entre amotinados (llamados nacionales) y defensores de la República . Los que quisieron unirse a la visita se acercaron hasta Lécera desde donde se partió con el investigador y experto en esta batalla, Jaime Cinca, hasta los diferentes enclaves que cobraron importancia en el devenir de aquella batalla enmarcada dentro de la Guerra Civil.

 

La visita a los parajes de la guerra en Belchite estuvo guiada por Jaime Cinca quien pudo gozar de explicar todo el contexto , sobre el terreno, de la batalla de Belchite que terminó rompiendo el frente de Aragón.

Los visitantes, mimados por Cinca, visitaron los enclaves importantes de la batalla; empezaron por la posición del Mojón Lobo, en término de Almonacid de La Cuba, desde el que los republicanos bombardeaban Belchite. Es un vértice en el que excavaron un túnel con una entrada posterior y cuatro bocas frontales en lo que colocaron piezas de artillería. Después se desplazaron a la

Estación de La Puebla de Albortón en el antiguo ferrocarril Zaragoza-Utrillas, que fue tomada por los republicanos, después de una ardua batalla. En Fuendetodos  (cuna de Goya) visitaron dos parajes: los búnkeres nacionales en Fuendetodos en el límite con el término de Jaulín, con un búnker grande para artillería y otros cuatro más pequeños para ametralladoras y fusiles; además se acercaron a  las trincheras y restos de búnkeres republicanos en Fuendetodos.

Belchite tiene una Ermita dedicada a la Virgen del Puedo que fue tiroteado, bueno nuestros amigos pudieron, también, visitarlo.

En Lécera se está restaurando los cañones utilizados en la batalla, éstos pusieron ser tocados y contemplados por los visitantes de Mas de las Matas.

Después Cinca les acompañó a las posiciones nacionales en la Paridera del Saso (Belchite) frente a Codo, con su conjunto de galerías y refugios intercomunicados. Los penados políticos y republicanos ocuparon en Belchite una especie de “urbanización” (casi un pueblo aparte) , conocida como Campo Rusia.

Se sube, finalmente, a la posición del Calvario frente al pueblo y después, casi emocionante, de forma pormenorizada al pueblo viejo de Belchite.

 La batalla de Belchite.

 La batalla de Belchite tuvo lugar entre el 24 de agosto y el 6 de septiembre de 1937.Una batalla a finales de verano que no fue decisiva, aunque si una maniobra de distracción.

Se enfrentaron  80.000 hombres, por el bando republicano, con el apoyo de 90 aviones (formadas por tres escuadrillas) y 105 T-26 al mando del general Sebastián Pozas Perea. El bando sublevado hizo frente a esta ofensiva republicana con 5 Divisiones.

 

Objetivos militares, pero también políticos.

Lo político.

La decisión de realizar esta ofensiva  global en la zona de Belchite no sólo tenía connotaciones militares. Las tenía mucho más allá, enmarcadas en la política.

Fijémonos en los antecedentes que atraen la atención, posteriormente, sobre Aragón: Después del fracasado intento de tomar Brunete el gobierno republicano, con Negrín por presidente y con Prieto  como ministro de Defensa, decide llevar a cabo una ofensiva en Aragón. Con el  objetivo de ralentizar el avance de las fuerzas sublevadas (llamadas nacionales) en el frente del norte, donde ya habían tomado Santander.

En lo puramente político: así  los nacionalistas y anarquistas catalanes se quejaban de que el gobierno central no prestaba atención al frente de Aragón, a su vez el gobierno central estaba preocupado por la influencia de los anarquistas y del POUM en la zona, donde el Consejo de Defensa de Aragón, presidido por Joaquín Ascaso, funcionaba en la práctica como un gobierno independiente. La solución, según el gobierno central fue   la introducción de fuerzas comunistas y la incorporación de tres divisiones anarquistas a la disciplina del recién creado Ejército del Este, al mando del general Pozas y así poner fin a esta influencia anarquista. Eso se consiguió.

Lo militar.

El bando republicano, con el general Pozas, lanza un ataque simultáneo por tres puntos fundamentales y cinco secundarios en dirección a Zaragoza.

En el frente del norte y en el del centro solo se logró ocupar terreno vacío. En el frente sur las poblaciones de Quinto, Mediana y Codo cayeron enseguida en poder del ejército republicano, mientras que Belchite, donde la resistencia de los nacionales sitiados fue considerable, resistiendo hasta el día 7 de septiembre.

La ofensiva republicana  fracasó porque en lugar de avanzar sobre Zaragoza, las fuerzas republicanas se concentraron en tomar Belchite que había formado una bolsa en medio del territorio republicano. Esto produjo un retraso considerable que dio lugar a que los  nacionales pudieran reforzar sus posiciones y el frente quedara estabilizado.

Antes de la ofensiva republicana los nacionales solo disponían en la zona de tres divisiones, la 51ª, la 52ª y la 105ª, desplegadas a lo largo de los 300 Km. de frente, con la mayoría de las tropas concentradas en ciudades.

Los efectivos nacionales tras el comienzo de la ofensiva se componían de: cinco divisiones al agregarse también la 13ª y la 150ª, que fueron retiradas del frente de Madrid. La contraofensiva de los sublevados se inició respondiendo con rápidos reflejos. Era  el 30 de agosto y acabó el 6 de septiembre, coincidiendo con la rendición de los defensores nacionales de Belchite , al ser tomada esta población por los republicanos

Los únicos éxitos nacionales fueron el derribo de cinco I-15, puesto que no se lograron traspasar las posiciones republicanas en Mediana y Puebla de Albortón.

En resumen: se ganó algún territorio y la contraofensiva no traspasó sus líneas, el resultado en modo alguno podía considerarse satisfactorio para el gobierno. El ministro de la defensa , Prieto, le escribía al general Pozas, diciéndole: «Tantas fuerzas para tomar cuatro o cinco pueblos no satisfacen al ministerio de Defensa ni a nadie».

Por otra parte, no se consiguió tampoco el objetivo de ralentizar la ofensiva nacional en el frente del Norte

Visitas que levantan...

Belchite se alza, en el siglo siguiente a la guerra civil, como resistente, persistente, sumergido todavía en el primer día de silencio después de la batalla... su aspecto es desafiante. Pisamos sus calles, su polvo se levanta después de esculpir nuestra huella.... No hay barro, sólo atisbos de lo que ayer fue una intensa temporada de lluvias. Los boquetes, ocasionados por la artillería, producen cierto desasosiego...miro uno de ellos, no sé si lo ocasionó un disparo republicano o uno de los efectuados por los rebeldes franquistas. Me produce tristeza e intento saber cómo se sentían las gentes de esta población en los asedios que sufrieron... no lo puedo imaginar, no  soy nadie para ponerme en su piel...aquí soy un ser insignificante. En esta visita, casi solitaria, hay silencio mientras una ligera brisa sacude y juega con los boquetes, agujeros, calles deshabitados, edificios derruidos y entonces se produce un canto casi desconocido... es el aire que transita por estos lugares. Siento una especie de tristeza y entonces pienso en el dolor de los vecinos de Belchite, en su miedo apretado y escondido....en la búsqueda de la tranquilidad y veo a los soldados disparar a otros soldados... sin tener ninguna trifulca entre ellos, ni se conocen... aunque puede que se cruzasen antes de la batalla o después de ella.

El sol, en el 37, debió apretar mucho dejándoles, casi sin aliento... con los labios apretados, blancos, gastados y casi maltratados...la lengua duplicada, la saliva espesa y la mente dando vueltas a lo mismo...agua que acaricie los labios. Me contaban  que, generalmente, la sed es peor que el hambre.

Belchite quedó, después de unos cuantos años, desierto de abuelos que se sentaran a repasar su vida; de mujeres comprando, barriendo la acera, hablando en corros; de abuelas haciendo ganchillo mientras recordaban lo lejos que llegaban sus hijos....

Y los zagales corriendo, saltando, brincando por las calles y plazas de un pueblo que los vio nacer; mientras tanto sus hermanos mayores van a buscar a las chicas que se sientan en la plaza a la sombra de las moreras hablando del vestido del domingo, del baile y del mozo que la sacó en un baile más apretado de lo normal...

En Belchite, hoy, ya no hay ni gatos deambulando buscando comida....puede porque no la haya, pero no hay ni ratoncillos, delgados y escuálidos. En Belchite sólo quedan ladrillos, polvo, recuerdos, miedo y cierto sabor a tristeza quemada.

 

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