PIRUETAS
El mono trenzaba el aire que habitaba la brisa seca del territorio que nunca había conocido monos, ni en las acrobacias que nos dispensaban los gatos. Los peces del río, también hacían trapecio…pero nada era comparable a los nuevos habitantes llamados monos de cola. Eran los últimos en llegar y los primeros en marchar en todas las citas del día. Un día de tormenta todo se disolvió y hasta el movimiento se disipó: los paces entre las piedras de agua dulce; los gatos entre la maleza que habitaba los mases y los monos bajos los dinteles, como estatuas que hablan solas.
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