El poema de la súplica
El sarcasmo de aquella tarde
Fue el tormento de una súplica
Aquel que les esperaba
Sin dejarse ver.
El sarcasmo de aquella tarde
Fue el tormento de una súplica
Aquel que les esperaba
Sin dejarse ver.
La casa solitaria
Esperaba a mitad de la tarde
Entre las cortinas descosidas
Algún día deshilachadas
El fuego lo quemó todo un día de descuido....
....descuido en la razón.
Viaje desconocido
entre las nubes de plata
y corazones de miradas de miedo
contenido, contaminado
immerso en el sol
y en la plata de un lugar
que llamamos aguas quietas
mientras la luna, vigila
Roto
Quebrado
Estriado
Entretenido fuego de estrategia
Que salvar la vida
Y entierran a la muerte
Mañana
Terca separación de un día
Trozo inerte
Sueño de somnolencia
Estricto equilibrio del ayer
Sentido que desfallece
Entre turbias aguas
De barros infectos
De estáticas sensaciones
De poluciones internas
Y de tranquilidades que se detienen.
Enfado
Imágenes que pasan trepidantes
Como el flash de una cascada
La casa despertó
No calló
Se dilató
Y se mantuvo colgando...
.....entre los ánimos ...suspendidos
Se cayó el delirio
de un delito malentendido
se abrasó el tiempo
con el inveierno y el verano
Se diluyó la ira
Al final, el olvido.
La estancia
Mirada de unas noches
Se trata de un beso
Dentro de un amor preñado
Entre la timidez perdida.
Dicen que volver es un impulso hacia delante, así debemos preguntárnoslo… al menos eso pienso. En los últimos tiempos me ha sido imposible mantener la colaboración regular con vosotros, pero si os consuela os diré que ha pasado lo mismo con otros medios con los que colaboraba desinteresadamente con el mismo ánimo que lo hago con otros que dejan caer algún que otro euro….no os miento si os digo que con alguno de estos hago una colaboración de mantenimiento fruto de mi cargada paciencia y de un malentendido sentido de la responsabilidad. Esto me lleva a pensar que debo reafirmar mi autoestima porque esconderse detrás de virtudes engrandecidas y obsesivas no es más que un escudo….y los escudos terminan por oxidarse.
Así que aquí estoy con ganas de que mi estado bipolar no deje de ser, por una tibia temporada, tan sólo polar…..al sub-mundo no le encuentro sentido y las horas pasan sin pasar, pero me enseña tanto…paralelamente el disparatado mundo terrenal se impregna de horas y horas que cunden por cien sobre las de cualquier ser normal…..y pensar que los hay que toman excitantes de la adrenalina y de otras hormonas….a mí me lo dieron gratis. Así que debería sentirme una privilegiada….cosa que, aunque parezca de locos, hago constantemente. No quiero ni imaginarme cómo se debía sentir una persona con trastorno bipolar, rasgos de un trastorno obsesivo compulsivo, fobias y toda la dramatización que sintomatología física que esto comporta hace unos setenta años
Está claro que mi panorama no es para nada idóneo y que me limita, pero amigos creo que soy una persona que da amor y que, a la vez, lo recibe a raudales. Esto es lo que me agarra a ese camino que llamamos vida….eso y la necesidad de saciar la curiosidad de las pequeñas cosas que componen nuestro mapa del mundo.
Espero, amigos de Nicosia, reengancharme pronto a vuestras propuestas; mientras tanto considerad, por favor, la lectura de esta especie de confesión.
Entre las nuevas auroras y despertares, me encontraré en guardia,pero estaré allí.
Es tarde para vivir un poco más y para insuflar aire a los momentos en la la montaña rusa juega con nosotros.
Siempre llega el día en que reaparece, aunque sea por poco, un cierto aplomo equilibrado. Entonces se cierran los ojos y vuelven los sueños.
Había pensado que aquel peso le jodiera tanto:entre lo excesivo y lo nada que apretaba en el pecho.
En cada momento respiraba los excesos y las demoras de la adrenalina, de las ganas de respirar.
En un momento cualquiera de aquella mañana decidí no dejarme morir.
Mi abuela decía que aquello era angustia, hija de la tristeza.
A menudo entre las mamas aparecía un nudo.
Tuve todo el día los ojos pesados y los músculos extenuados.