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Cazarabet

Frase

Aquel desespero me rompió la mañana y volví atrás.

Cita

Nuca vi llorar a nadie que no tuviese corazón.

Seguimos enlazando frases

 Cuando anochecía el frío madrugaba. La noche era espesa. La niebla estaba presente. Las nubes andaban sobre el asfalto.Las casas se arremolinaban. Todo se callaba. Por fin, amaneció . El frío se acostó. Como cualquier día al acabar la tarde al frío le despertada el cuco.

Frases enlazadas.

Su marido se acercó. Ella retrasó sus pasos. Su marido dijo algo. No se entendió. Ella le miró a los ojos y respiró con alivio, hasta sonrió. Él también emitió una pequeña sonrisa. Pequeña, autómata y amarga. Ella miró al suelo, mientras su marido se desvanecía. Dejó de respirar y escupió sangre. Ella no lo mató, se mató él clavándose como una salchicha en la reja donde quería depositarla a ella con la misma violencia de años y años.

La frase nº1

Estaba cansada,la batalla con la lluvia caliente... fue dura... sin más.

Componiendo.

La madre montaña era mirada por el padre cielo.

5ª palabra

cielo

4ª palabra

mirada

2ª palabra

Padre

3ª palabra

madre

1ª palabra

Montañas

El pensamiento 5º

Estuvimos a punto de reconocer nuestra valía, pero entonces pisamos el suelo con los pies de la realidad.

Cuarto pensamiento

La muerte, aún anunciada, nos sorprende en el interior de unas vísceras que no creen en nada desde lo inexistente.

Un tercer pensamiento

Las palabras se escibieron con el verbo andar.

Segundo pensamiento

Ojalá toda la tristeza se pudiese escribir,sin vivir.

Un pensamiento. 1

Los dedos se posaron en los labios. La acariciada cerró los ojos y una lágrima se deslizó por su mejilla....todo antes de morir.

Retazos de un relato largo, por terminar.El frío de una encamisada II

 Blanca se cansó de jugar a los cuadros, su padre le había restringido el área de juegos y ya se estaba aburriendo. Se acercó a éste que  le tendió un pequeño bloc y un lápiz. Empezó a dibujar: la casa con capucha y la cruz encima, el lago con árboles y animales; el sinfín de caminos, el barco que los llevó aquel mismo verano toda una mañana por el mar…..Blanca ya había levantado varias veces la cabeza mirando a un muchacho que se había sentado en el banco de enfrente. Su padre también había apartado la vista varias veces la mirada de las pequeñas y negras letras del inmenso periódico, pero ahora estaba con el crucigrama, así que seguro que estaría entretenido un buen rato…

Retazos de un relato Largo por terminar..... El frío de la Encamisada

La niña jugaba a los cuadros en el andén, se había cansado de estar sentada esperando a la tía de su padre Blas y lo que quedaba muy claro era que había hecho bien en traerse la tiza de casa, su madre lo vio y sonrió, estaba acostumbrada a ver que su hija nunca se conformaba llevándose sólo un entretenimiento para una espera. Blas ya le había leído dos fábulas…ahora leía su periódico con un ojo puesto en Blanca y en sus juegos.

Cosas para contar

Todo se calló porque le era imposible hablar....entre la tempestad de aquel triste cielo que amenazaba tormenta de aire y cristales de agua helada. Entonces apareció él y su cara se relajó.....En realidad, se alegró...hasta morir sus enfados, disfrazados de espera, previos y latentes.Tomás me acarició la mejilla. Nos envolvimos en caricias y en  el sudor de los poros que no se cansaban de acariciar la otra piel. La tempestad de cristales también hacía el amor con un aire frío y fuerte. El retorno de su pálpito, entre aguas que dolían fue recordada por todos en la aldea...aquel día ganaron los buenos y perdieron los peores candidatos a repetir estancia en la vida.

Un lugar donde poder vivir

El camino terminó....allá donde la llanura se perdió. El extenso valle se oprimía entre marismas de un color indeciso. ¿Azul o verde? El niño lo contemplaba desde su balcón y su balcón ofrecía nuevos cimientos para aumentar sus interrogantes que alimentaban una curiosidad fecunda. Casi ni pestañeaba porque su curiosidad era fuerte, recogida en un regazo. Cuando el cielo se fue cerrando él iba animándose....sus ojos se abrían aún más y solía emitir, descifrando… trabajosos suspiros de admiración por el mayor espectáculo del mundo. Las gentes volvían a casa y las luces amarillentas con rasgos rojizos se sentaban entre conversaciones ataviadas de ilusiones cálidas...El niño cerró su ventana, encendió su luz y abrió un cuaderno de texturas tan diferentes como sugerentes. Alternaba escritura a colores con dibujos al carbón. El día, sus días, quedaban allí calcados, sellados y expectantes por seguir la trama.