REIRSE MUCHO
Carcajada que deshace nudos de tensiones aprisionados en aquel punto de la garganta que se encuentra entre el aire y el vómito. Desde la mirada perfectamente coordinada por los sonidos, depurados en el oído y animada con la carcajada de los demás acompañantes a la escena.El aire a presión despeja todas las vías vitales; las cuerdas vocales se contraen como si las compañeras de un violín se rompiesen y entonces el sonido del aire se remueve de manera tremenda y la atmósfera exterior experimenta un cambio estrepitoso. En aquel momento, la mente sufre un ictus amable y cariñoso… en ese momento ganamos instantes de vida y despreciamos al dolor más asqueroso.Volvemos con el aliento que se va recobrando poco a poco para desembocar en el silencio, en algunos ojos iluminados por lágrimas de risas y por una lentitud de movimientos y de la estática abstracta que no vemos. Entonces, en nuestra memoria, suena la campanita de la realidad, del presente, del ahora…y de su lucha.
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