nikosia
Sólo se nos puede ocurrir a nosotros, caminantes de neuronas alteradas, hablar de amores en el día de todos los santos. Originalidad no nos falta y buen sentido tampoco. El poeta más romántico para los estudiantes del bachillerato de antaño era de Bécquer...una especie de icono que se convirtió, bajo el estigma de su dramática y temprana muerte, en un referente mítico que....eso sí, se ha ido disipando. Este señor unió, como ustedes, romanticismo y poemas remolones con las leyendas típicas de esta noche previa a los santos y a las almas....Quizás , todos, llevemos a un Bécquer dentro con sus amores y sus prodigios en miedos impregnadas de muertes.
Amores, sentirlos, es una de las mejores cosas que nos pueden pasar hoy en día, aún con el riesgo de caer en cierta desgracia....nunca pasajera porque a veces se eterniza hasta tornarse azul añil permanente y duradero en todos los días.
Amores sacude, dentro, como una melodía que no encuentra lugar fijo en el pentagrama, se deshace ,casi muere....pero vuelve a resurgir valiente, desafiante...con nuevos bríos.
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