Dando rodeos,de pie y moviéndose.
Un rodeo en una tarde de Abril.
Esta es la crónica de una tarde apacible de Abril en la que iniciamos una especie de aventura, sabiendo siempre dónde estábamos y yendo bien preparados.....el caso es que hacía un buen tiempo que mirábamos, desde otros paseos y exploraciones, al largo palo hincado, apuntalado y asegurado para medir las influencias del dios viento. El caso es que debíamos dar algo más que un rodeo para llegar a lo alto de la colina y desde allí poder ver toda la depresión de Mas de las Matas, con toda su particular grandeza....diferenciando el verde cereal ya casi adolescente y vistoso de los campos que esperan la siembra, más adelante, del maíz y que de cerca casi siempre parecen como abandonados tras la siega. Después están las huertas....las del Mas de las Matas sin los peculiares “masicos”, pero con alguna vistosa casa de campo; es peculiar comprobar cómo la huerta de Aguaviva está plagada de “masicos”. Me explicaban en mis primeras andadas por estas tierras que esto era porque los campos de Aguaviva caían mucho más lejos que las del Mas y entonces cuando iban a su conreo lo hacían, muchas veces para más de una jornada. El “masico” era un pequeño hogar mientras que los masinos y masinas hasta podían permitirse el lujo de irse a sus casas a comer. Hoy en día este particular “lujo” se lo pueden permitir todos.
Partimos desde el término de Aguaviva, ya que nos acercamos al Molinico y nos dirigimos para enlazar con el GR-5. Allí andamos unos metros hacia Aguaviva, pero pronto nos metemos por un camino que nos lleva hacia arriba hasta que los caminos y las sendas desaparecen y nos encontramos subiendo y subiendo......parándonos, de vez en cuando, para ver lo precioso que es aquello que cada día tenemos y que casi cada día ignoramos. Más arriba y más arriba.....como podéis imaginar la piedra en muchos tramos era suelta, así que pensaba más en bajar que en subir......al fin llegamos a lo alto. Allí descansamos y sobretodo disfrutamos de las diferentes y sugerentes panorámicas. Buscamos bajar por una ladera que se acercaba más al Mas y la verdad es que lo hicimos sin tener grandes dificultades...hay que parar más cuenta donde se ponen los pies. Llegamos de nuevo al GR, justo al lado de una de las estacas que lo indican y anduvimos, dando un rodeo, desde a la Masada del Juaco al Molinico.
Una inolvidable tarde de Abril.
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