Cosas para contar
Todo se calló porque le era imposible hablar....entre la tempestad de aquel triste cielo que amenazaba tormenta de aire y cristales de agua helada. Entonces apareció él y su cara se relajó.....En realidad, se alegró...hasta morir sus enfados, disfrazados de espera, previos y latentes.Tomás me acarició la mejilla. Nos envolvimos en caricias y en el sudor de los poros que no se cansaban de acariciar la otra piel. La tempestad de cristales también hacía el amor con un aire frío y fuerte. El retorno de su pálpito, entre aguas que dolían fue recordada por todos en la aldea...aquel día ganaron los buenos y perdieron los peores candidatos a repetir estancia en la vida.
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