Noche de Magos de Oriente
Los niños y niñas circulaban por las calles con sus cazadoras y abrigos más acostumbrados al invierno de aquel país, conocido por los historiadores como el de Cazarabet. Las madres les llevaban de la mano delatando a pares de manoplas, guantes. Los ojos de los habitantes más jóvenes de aquel país se encontraban desde hacía unos días más redondeados que nunca….más grandes que nunca….con más brillo. Eran el síntoma de la enfermedad más deseada por ellos y por sus abuelos. Los niños y niñas de aquel país y de aquel pueblo eran víctimas de la ilusión….ellos lo conocían poco porque esto se empieza a añorar con los años…por eso los abuelos hablaban con aquella sabiduría y los padres con aquella gravedad que rimaba con realidad. De todas formas los más pequeños de Cazarabet no sabían ni de gravedad, ni de espesas realidades, ni de nada que no fuese soñar y dejarse querer. Los padres los miraban con la más sana de las envidias, sonreían y les acariciaban la cabeza. De alguna u otra forma los niños y niñas eran su única ilusión antes de entrar en un declive que deberían vencer día a día.Al día siguiente llegaron tres magos del País de los Elfos llevando deseos, regalos e ilusiones…era un cinco de Enero de mitad del siglo XXI.
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