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Cazarabet

Todo viaja desbocado

La acequia bajaba muy menguada por los días en que los de arriba frenaban  el cauce y su empuje con todo tipo de trampas y barreras, muchos peces murieron y los que no lo hicieron vieron reducida su calidad de vida y su libertad. El caballo del granjero de la Masía del Maquis llegó extenuado. El jinete desmontó con soltura y se dispuso a saciar su sed. El animal se acercaba cansinamente hacia la orilla y bebía de una pequeña balsa. El jinete acariciaba a Tos, así se llamaba el caballo, como si esperase consolarlo de algo … a Tos le gustaba el río en su estado puro como él bailar entre días de estrépito. Empezó a llover con ganas y Tos levantó la cabeza para que las primeras gotas le refrescasen el rostro. El camino de regreso fue más rápido, las gotas se hacían oír entre las hojas y la capelina del jinete….pero su sonido quedó sepultado por el rumor del agua enfurecida que bajaba aprisa por su camino natural…El río había sido liberado de trampas o las trampas habían sido destruidas por las aguas. Volvía a llover más fuerte, con rabia y Tos corría con la elegancia de los caballos que ven cumplidos sus deseos.

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